Andy Dahuajre es atacado por opinar que Guido Gómez Mazara no cuajaría en la mutual presidente-secretario que necesita el PRD para avanzar en el 10 y triunfar en el 12.
Esa no es la idea de Andy, sino del equipo de Miguel Vargas desde que Guido lo enfrentó en aquella sonora votación de la Comisión Política en que una propuesta A, sustentada por Vargas, obtuvo 149 votos, y otra, B, apoyada por Gómez Mazara, 34.
Esa diferencia se entrecruza en las escaramuzas de la decantación generada por el desplazamiento del liderazgo de Hipólito Mejía por el de Miguel Vargas. Destacados voceros del PPH apoyan a Guido como una forma de enfrentar a Miguel. Escrito está.
A Guido se le reconocen capacidades. Pero este es el tiempo de Miguel. Mazara no tiene por qué seguirse calentando con las energías que genera el miguelismo. Debe enfriarse. Lo que está en juego es el liderazgo acabado de Miguel y la opción de poder que representa. No el liderazgo emergente de Guido y las potencialidades que augura.
En el entorno de Miguel hay espíritu de cuerpo. Visión y misión, que son las del PRD en proceso de adecuación a los nuevos tiempos. Es un proceso político social en marcha, en el que las individualidades cuentan, pero no deciden.
Hay empolladas contradicciones expresadas por Guido frente a las líneas políticas de Miguel. Ni el discurso seductor del abogado encubre esas diferencias con el ingeniero.
Se asume que el PRD ha definido el liderazgo de Vargas de manera tan maciza -entre un 89 y un 95% de apoyo- para salvar los desencuentros que le han restado eficacia para seguir apuntando como el partido de las transformaciones nacionales.
Que con el liderazgo sereno y eficiente de Miguel se corta por lo sano para no repetir aberraciones como las presidencias simultáneas de Majluta y Tavárez Areché en el Senado; el tiroteo del hotel Concorde; la imposición reeleccionista del equipo de Hipólito Mejía desconociendo a los organismos del PRD; el apagón y los tiros para arrebatarle a Pacheco la presidencia de los diputados.
Andy se la ha jugado en defensa del PRD. Desde el reflujo posterior a la derrota de 2004, se ha separado con dignidad y valentía de la fauna de economistas que medran a la sombra de los partidos sin levantar la bandera que los cobija.
Cuestionan a Andy por un debate con Peña Gómez. Escribimos entonces el artículo "Andy nuestro que caes de los cielos", frente a los criterios del economista. Pero ¿Vamos a crucificar a quienes han diferido de nuestras ideas en algún momento? Peña repetía que los adversarios de ayer pueden ser los amigos de hoy, y viceversa.
Se esté de acuerdo o no con él, Andy se ha sabido ganar el respeto del PRD... y su concurso a ese partido y al país puede ser más útil que nunca, ahora que el neoliberalismo se le ha caído de sus altares y está obligado a poner su incansable capacidad de trabajo al servicio de la búsqueda de políticas de buen gobierno.
viernes, 14 de agosto de 2009
Defensa de Andy Dauhajre
Nelson Marte
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