jueves, 17 de septiembre de 2009

Doctor Rafael Antonio Lantigua cuple años hoy

Buen trabajo, compañero Robles, nunca supe dos cosas de las que ahora me entero: primero que el doctor Lantigua es mi camarada de signo y tampoco que fuera tan viejo como para ser contemporáneo suyo, me uno a su modo de felicitarlo, muy bueno por cierto ¡Felicidades compañero Rafi! No lo vi en mis 34 espero verlo en mis 100. Moisés Iturbides

Por: Rolando Robles - Comunicador Social
rrobles@rumbony.com

Al Dr. Rafael (Rafi) Lantigua lo conocí en el año de 1957. Ambos asistíamos cada viernes, religiosamente, a visitar a ese personaje tan querido y siempre gratamente recordado y que respondía al sonoro nombre de Sión. Más luego nos juntamos en la universidad y a principios de los años 70 nos separamos de nuevo, cuando él se adentró en sus estudios de medicina y yo estudiaba
ingeniería.
Al emigrar a Nueva York, por los años 80, me reencuentro con el viejo amigo, solidario y jovial, contradictorio y apasionado y sobre todo, meticuloso fanático del perfeccionismo, de las cosas “bien hechas”.
De mis agradecimientos personales, ya he dado testimonio público y me imagino que igual lo han hecho miles de dominicanos que requirieron y/o lograron su ayuda, ya sea en el plano personal, profesional o político. Algunos, unos pocos, manifiestan su discrepancia con el doctor Lantigua, basándola en lo que ellos llaman “insensibilidad” del médico, que para muchos otros, es un dechado de virtudes. Yo me conformo creyendo que las excepciones solo confirman las reglas.
Como compañeros de partido que fuimos, nos enfrentamos en bandos en pugna en más de una ocasión. Pero he tenido que reconocer que su temple y capacidad de maniobra, lo hacen “un componente necesario” para ese PRD de grupos y facciones, que peor andaría sin su presencia.
Hoy, en su fecha de cumpleaños, mi deseo es rendir culto a esa relación primaria que se conoce como amistad y de la que no me arrepiento.
Desde esta particular tribuna, quiero proclamar que su afán de superación personal debe ser paradigma para nuestros jóvenes valores.
De hecho, ya la historia lo registra como el primer hispano contratado como profesor por el Departamento de Medicina de la prestigiosa Universidad de Columbia.
Cada milímetro de espacio que ocupa Rafi Lantigua, se lo ha ganado a fuerza de perseverancia, dedicación y empeño propio.
Y aun en este mundo de diatribas, perfidia y enemigos gratuitos, hay que admitir que el dedo acusador de los mediocres no ha podido apuntar hacia él, como blanco de deshonestidad.
Y eso, la honradez de un hombre humilde y trabajador, que se abre camino en tierras extrañas, también me llena de orgullo y satisfacción.
No en balde el doctor Peña Gómez lo atrajo a su entorno y le confió su representación en esta gran ciudad.
En este aniversario de su llegada al mundo, los que le queremos y respetamos, reiteramos nuestra promesa de respaldo pleno, cuando decida enfrentar el gran reto. Sus aspiraciones son las nuestras y sabemos que el país necesita hombres como él al mando.
Para finalizar, quiero hacerles una confidencia: Rafael Antonio Lantigua —Rafi— es uno de los hombres más disciplinados y exigentes consigo mismo que yo he conocido; pero al mismo tiempo, es una de las “Grandes Cucharas” del alto Manhattan. De una sentada, en el restaurante de Moncho [Galicia 2]; engulló un churrasco gigante, un plato de arroz con habichuelas, una ensalada grande, dos pedazos de yuca, dos servicios de pan con ajo, tres cervezas, dos postres y un “cortadito” para cerrar. La verdad es para decirla.
¡Larga vida amigo Rafi Lantigua!
¡Gran Samaragullón del PRD!


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