Milagros Ortiz Bosch El gobierno dominicano es un cliente importante del Banco de Reservas. Durante muchos años sus relaciones estuvieron marcadas por presiones de quien además de usuario posee, a nombre de los ciudadanos, su propiedad.
Facilidades de préstamos, avances, garantías, tardanzas en pagos, recomendaciones y favores muchas veces lesionaron la institución bancaria. Las cuentas nacionales olvidaban presentar algunas de esas operaciones en las estadísticas oficiales, preocupando a los organismos internos y externos que evalúan el manejo de los sistemas financieros en el mundo. La Junta Monetaria y La Superintendencia de Bancos han compartido esa preocupación.
En los últimos años el Poder Ejecutivo, con la entrega al Banco de Reservas de áreas significativas de sus propiedades inmobiliarias, traspasos de peajes y otras en forma de pago, debe haber mejorado su categoría de cliente, sobre todo con la aplicación de las normas prudenciales establecidas en el Código Monetario y Financiero y la vigilancia del FMI y la SB. Los beneficios que viene presentando el Banco de Reservas pueden ser aspectos positivos de esos cambios.
Si el Gobierno ha mejorado esas relaciones comerciales llegó la hora de negociar con el Banco de Reservas los mismos beneficios que otorga al sector privado. El saldo insoluto de las cuentas del gobierno debe recibir los intereses que por el mismo concepto otorga a otros sus clientes.
No hablo de sueños, porque en conversaciones con quien fuera Tesorera Nacional, Lic. Pastora Méndez, confirmamos que la suma de ese saldo solía alcanzar aproximadamente mil millones de pesos. Ya antes, como Senadora de la República conocí estimados de ese saldo realizados por quienes fueran Asesores del Senado de la República, licenciados Iván Rodríguez y Francisco Guerrero Prats.
Para dimensionar las cifras que moviliza el gobierno en sus cuentas bancarias es necesario recordar que el presupuesto del 2004 alcanzó el monto de RD$108,096,701.00 (ciento ocho mil millones noventa y seis millones de pesos) y el que estamos ejecutando RD$308,000.000.00 (trescientos ocho mil millones de pesos) sin agregar los millones que agregó el presupuesto complementario. Una simple operación estadística indica que se ha triplicado el monto de los fondos presupuestario que el gobierno maneja a través de su banco.
Destinar el producto de los intereses que se apliquen a las cuentas del gobierno dominicano por concepto del saldo insoluto a la creación del fondo de garantía que necesitan los préstamos destinados al sector agropecuario es comenzar a convertir en realidad las promesas.
Una medida administrativa, una reunión del Consejo de Dirección del Banco de Reservas, es más manejable que buscar fondos presupuestarios que no tenemos, o usar recursos de la Seguridad Social o salir, en tiempos de turbulencias financieras, a colocar y emitir nuevos bonos. Sería más rápido que usar fondos provenientes del Petrocaribe que parece una decisión difícil para el Poder Ejecutivo.
La creación, dentro de nuestras posibilidades, del fondo de garantía para el financiamiento que requiere el sector responsable de nuestra alimentación. es más urgente que descubrirnos impotentes cada vez que el calentamiento de las mares y el encuentro de vientos nos envían una tempestad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario