lunes, 6 de octubre de 2008

Innovación: Creación de un Fondo de Garantía para el Sector Agropecuario


Milagros Ortiz Bosch

 El gobierno dominicano es un cliente importante del Banco de Reservas. Durante muchos años  sus relaciones estuvieron marcadas por presiones de quien además de  usuario posee, a nombre de los ciudadanos, su propiedad.  

 Facilidades de préstamos, avances, garantías,  tardanzas en pagos, recomendaciones y favores muchas veces  lesionaron la institución bancaria.  Las cuentas nacionales  olvidaban  presentar algunas de esas operaciones en las estadísticas oficiales, preocupando a los organismos internos y externos que evalúan  el manejo de los sistemas financieros en el mundo. La Junta Monetaria y La Superintendencia de Bancos  han compartido esa preocupación.

 En los últimos años el Poder Ejecutivo, con la entrega al Banco de Reservas de áreas significativas de sus propiedades inmobiliarias, traspasos de peajes y otras en  forma de pago, debe   haber mejorado su categoría de cliente,  sobre todo con  la aplicación de las normas prudenciales establecidas en el Código Monetario y Financiero y la vigilancia del FMI y la SB.  Los beneficios que  viene presentando  el Banco de Reservas pueden ser aspectos positivos  de esos cambios.

 

  Si el  Gobierno ha mejorado esas  relaciones comerciales llegó la hora de negociar con el Banco de Reservas los mismos beneficios que otorga al sector privado.   El saldo insoluto de las cuentas del gobierno debe recibir los intereses que por el mismo concepto otorga a otros sus clientes.

 No hablo de sueños, porque en conversaciones con  quien fuera Tesorera Nacional, Lic. Pastora Méndez, confirmamos  que la suma de ese saldo solía alcanzar  aproximadamente mil  millones de pesos. Ya antes, como Senadora de la República conocí estimados de ese saldo realizados por quienes fueran Asesores del Senado de la República, licenciados Iván Rodríguez y Francisco Guerrero Prats.

 Para dimensionar las cifras que moviliza  el gobierno en sus cuentas bancarias es necesario recordar que el  presupuesto  del 2004 alcanzó el monto de RD$108,096,701.00 (ciento ocho mil millones noventa y seis millones de pesos) y el que estamos ejecutando RD$308,000.000.00 (trescientos ocho mil millones de pesos) sin agregar los  millones que agregó el presupuesto complementario.   Una simple operación estadística indica que se ha triplicado el monto de los fondos presupuestario que el gobierno maneja a través de su banco.

 Destinar  el producto de los intereses que se apliquen  a las cuentas del gobierno dominicano por concepto del saldo insoluto  a la creación del fondo de  garantía que necesitan los préstamos destinados al sector agropecuario es comenzar a convertir en realidad  las promesas.

  Una medida administrativa, una reunión del Consejo de Dirección del Banco de Reservas, es más manejable que buscar fondos presupuestarios  que no tenemos,  o usar recursos de la Seguridad Social o salir, en tiempos de turbulencias financieras, a colocar y emitir  nuevos  bonos.   Sería más rápido que usar fondos provenientes del Petrocaribe que parece una decisión difícil para el Poder Ejecutivo. 

La creación, dentro de nuestras posibilidades, del fondo de garantía para el financiamiento que requiere el sector responsable de nuestra alimentación. es más  urgente   que descubrirnos impotentes  cada vez que el calentamiento de las mares  y el encuentro de  vientos nos envían una  tempestad.

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