La fuerza de la identidad |
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El proyecto de reforma de Leonel hiere a la diáspora |
Por Ramón Alburquerque / El Caribe |
Los separados de la patria superan los dos millones de almas, un millón doscientos mil en América, doscientos cincuenta mil en Puerto Rico y sobre 500 mil en la Unión Europea.
Se les ve por doquier persiguiendo el progreso.
Su mochila de viaje se llena de temas como empleo, estudio, desarrollo, progreso, seguridad y regreso pronto al terruño. En esas naves escapan de la realidad.
Aunque muchos triunfan a su manera, la crudeza de la vida golpea con rigor y son tantos los que no logran nada, sin embargo, en numerosas ocasiones el éxito se presenta con obsequiosa generosidad.
Los dominicanos eran reticentes a cambiar de nacionalidad, hasta que José F. Peña Gómez les aconsejó adquirirla públicamente, les dijo, “empoderense” para que sean fuertes en el país anfitrión, y ayuden mejor su país de origen.
La visión del líder se hizo realidad, hoy en distintos países, hay oficiales dominicanos electos y designados.
La acumulación de experiencia, ahorros, conocimientos y desarrollo intelectual, hacen de la diáspora un segmento demográfico importante, sin perder su identidad como etnia cohesionada, aunque enriquecida con frecuentes disidencias.
Miles de negocios de naturaleza diversas son operados por dominicanos, el expendio y los servicios de barriadas importantes en NY, NJ, Boston, Providence, Miami, etc, está en sus manos.
Las universidades matriculan miles de criollos (as), surgen intelectuales de fuste, médicos brillantes, literatos, comerciantes, educadores, informáticos, artistas, deportistas, remesadores, banqueros, comunicadores, religiosos, líderes, transportistas, en todo se destacan los dominicanos.
La nación recordada más por Haití, Puerto Rico o Cuba, hoy tiene nombre propio, un lugar en el mapa, gracias al turismo y sus figuras universales, a esta valiosa relación hay que añadir, el prestigio de sus hijos andariegos.
José F. Peña Gómez completó su obra cuando en 1994 logró modificar la Constitución incluyendo la doble ciudadanía o nacionalidad, en lo adelante, se retenía la dominicanidad sin menoscabos de derechos.
En la casa de Joaquín Balaguer, a mediodía del 14 de agosto del 1994, el doctor JFPG acompañado de cuatro compañeros, entre ellos quien escribe, logró pactar dicha conquista renovando la historia para los hijos de Duarte. En esa ocasión nunca se habló de limitaciones tan grotescas.
El proyecto de reforma constitucional de Leonel Fernández Reyna hiere el patriotismo de las diásporas, de las que trabajan sin tregua por sus familias y la prosperidad nacional.
Esas que impiden con sus 6,500 millones de dólares anuales el colapso de la economía, las que evitan hambrunas y madrinas de la vergüenza social, no merecen la discriminación contenida en el Párrafo 1 del Artículo 18 del proyecto propuesto:
“Las dominicanas y los dominicanos que adquieran otra nacionalidad por acto voluntario no podrán optar por la Presidencia o Vicepresidencia de la República.
Podrán ocupar otros cargos electivos o ministeriales, o de representación diplomática del país en el exterior y en los organismos internacionales, si renunciaren a la nacionalidad extranjera por lo menos un año antes de la elección o al momento de su designación”.
Heredero de JFPG, el PRD asume su rol de oposición responsable para defender a los sacrificados dominicanos del exterior.
Hay que distinguir los dominicanos de origen, quienes siempre tuvieron la nacionalidad dominicana, de los que adquirieron la condición de dominicanos, como segunda nacionalidad.
Las remesas dinamizan el país
Las estadísticas mágicas del Banco Central reportan 35 mil millones de dólares anuales de producto bruto interno (PIB), o sea, cuatro mil dólares por habitante, números tan bajos que reflejan miseria, empeorados por la pésima distribución, donde grupos privilegiados tienen demasiado.
La diáspora no recibe el ingreso medio de las naciones anfitrionas, en Estados Unidos solo percibe el 55% de la media nacional por carencias y discriminaciones.
Las diásporas reciben ingresos superiores al PIB de la República, se demuestra, sumando los 27 mil millones anuales del millón doscientos mil trabajadores en EUA, con los 16 mil millones de las de la Unión Europea, Puerto Rico y otras, juntas reciben 43 mil millones de dólares anuales.
Nadie sabe exactamente a cuánto ascienden las remesas, pero se estima en 6,500 millones de dólares, 3,500 millones de envíos y 3,000 millones en inversiones directas.
Las remesas y el turismo constituyen el 66% de los ingresos en divisas de la sociedad dominicana, por tanto, puede afirmarse que no ha colapsado por el fuerte y decidido apoyo de este acto de solidaridad y amor.
La fuerza de la identidad. La dominicanidad es uno de los sentimientos más fuertes del mundo, incontables manifestaciones aseveran esta expresión.
La etnia dominicana ocupa lugares destacados entre muchas como las latinas, anglosajonas, germanas, orientales y africanas, en ellas sobresale por su cohesión, solidaridad e identidad con sus tradiciones y valores
El Ingeniero Ramón Alburquerque
Es Presidente del PRD (Vea todos los artículos del compañero presidente en el Link que aparece a la derecha y arriba al margen de esta página)
1 comentario:
Hola amigos,as.
Me parece que si se descalifica para ser presidente a un dominicano residente en el exterior, por el mero hecho de haber residido cierta cantidad de tiempo fuera del pais, se esta cometiendo una barbaridad politica.
El Sr Alburquerque ha explicado someramente algunas razones por las cuales los dominicanos en el exterior son tan valiosos para la nacion. Pero me parece que ese excelente político criollo ha obviado las razoners más cruciales para criticar la medida del actual presidente de la república.
La nación dominicana es una nación relativamente joven, con tremendos problemas de subdesarrollo cultural, en todos los órdenes del arte, la ciencia, y la producción material y espiritual. Una nacion tercermundista, empobrecida, dependiente y atrasada, con una clase dominate que se empeña en vivir en europa y eeuu para no compartir el diario avatar de la vida en su propia nación es escasamente un medio de seguridad para el país. Yo diría que es todo lo contrario: impedir que las clases de abajo se eduquen en el extranjero y traigna ideas más modernas y eficientes al país es una garantía de atraso.
Con ese proyecto eso es lo que se consagra: que aquellos que desarrollan ideas progresistas, usualmente captadas en el exterior, dado que nuestro medio es demasiado emprobrecido para permitirlo dentro de la isla, no puedan participar en la conducción del destino nacional.
Fíjense de dónde provino la formación política y humana de Juan Bosch. ¿Creen uds que fué la formación y la experiencia política dentro de la República Dominicana, exclusivamente? ¿Qué le pasaría al "nuevo Bosch", luego de el pasaje de tales leyes? ¿Tendrá que quedarse fuera del país para realizar sus ambiciones políticas?
Lo contradictorio de todo esto es que el mismo actual mandatario, Leonel Fernández, vivió en la urbe newyorquina por considerable tiempo. Y es de su experiencia en el extranjero, y de su subsiguiente formación profesional en el extranjero, dónde desarrolla sus ideas políticas que hoy dia se ven plasmadas en su obra de gobierno. LF no sería quien es, sino fué por la experiencia obtenida en su vida en el extranjero. Imagínese dónde estaría el país sin las habilidades políticas de Leonel Fernandez, hoy dia, dada la crisis en que ha sumergido al país el talento político formado en la república dominicana. Si algo ha hecho a LF un buen ejecutor de la política, en término relativo a los mandatarios anteriores, es el hecho de que trajo a la palestra una amplia asimilación de conceptos y cultura del extranjero.
El único camino del dominicano es aprender que el RSM (ron, sancocho, merengue) no es el mantra para resolver los problemas de la vida cotidiana. Y eso amigos (as), no lo va aprender el dominicano encerrado en la isla, sin acceso a la cultura y a los avances tecnicos y sociales de otras naciones. La nación que se encierra a sí misma, se condena al atraso permanente. Ése es el secreto de los gobiernos semifeudales del continente. Dejarle el país al dominio de las clases explotadoras tradicionales, es condenarlo a vivir en el atraso permanete. Y eso es lo que parece aportar este proyecto de ley.
Jose Brisas
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