La economía dominicana enfrenta dos grandes desafíos: los efectos de la crisis financiera mundial y los enormes desequilibrios fiscales y de cuenta corriente en que ha incurrido el Presidente Fernández y el PLD. Es decir, uno de carácter externo y el otro interno, el resultado de la desastrosa política económica que se ha venido aplicando, principalmente desde enero del presente año 2008.
En cuanto al primer desafió, el PRD ha advertido al gobierno en reiteradas ocasiones, en el sentido de que es necesario proteger la economía de los consumidores pobres y muy pobres, principalmente, porque serán los más perjudicados. Los efectos de la crisis se vienen sintiendo en el país desde hace un par de meses:
1. Falcombridge Dominicana anunció el cierre de sus operaciones porque su estructura de costos no soporta el nivel de precio del nickel que exporta, lo que implica la pérdida de cientos de empleos directos y miles de empleos indirectos, además de que la economía no recibirá divisas por US$450 millones, que era lo programado;
2. Hoteles del norte del país, principalmente, han cerrado sus puertas por la fuerte reducción del turismo internacional y nacional, y por las cancelaciones anticipadas, lo que ha provocado caída en el flujo de efectivo. Implica la perdida de empleos directos para cientos de padres de familia y de manera indirecta para miles. El futuro inmediato para el sector hotelero no es bueno, octubre del 2008 comparado con octubre del 2007 reporta una reducción de 9 por ciento en la llegada de turistas extranjero, por lo que los hoteles en el resto del país también tienen problemas para cubrir sus gastos;
3. Problemas en el turismo inmobiliario. La demanda se ha reducido sensiblemente, y se prevé una reducción drástica de los precios, con grandes perdidas para promotores y banca dominicana de financiamiento;
4. Las remesas de dominicanos en el exterior se ha venido reduciendo consistentemente en los últimos meses.
5. La producción nacional se ha reducido significativamente y también el desempleo ha aumentado con rapidez, hasta el punto de que es muy probable que, al igual que los Estados Unidos y algunos países europeos, la economía dominicana también este en recesión.
Es la realidad que viven los dominicanos, y mientras tanto el Presidente Fernández se mantiene viajando, hacienda turismo, y repitiendo que la economía está blindada, que no tiene problemas, que es sólida, que las instituciones nacionales están bien preparadas. Lo ha repetido hasta el cansancio, hasta que expertos internacionales como George Soros y Joseph Stigler le llaman la atención, así como lo ha hecho el PRD en reiteradas ocasiones.
Resulta inadmisible y vergonzoso el ridículo del Presidente Fernández, pero lo que es inaceptable es que también haya puesto en ridículo a nuestro país en todo el mundo repitiendo lo del blindaje.
De repente cambia de opinión, lo hace cuando los expertos internacionales le llaman la atención, declara que estamos en una grave crisis que puede afectar hasta la gobernabilidad.
El PRD lo advirtió, que esa crisis haría estragos en nuestro país, no solo por la debacle financiera internacional como dijo Leonel Fernández, sino por el manejo fiscal irresponsable para ganar las elecciones a todas luces llena de ilegalidad.
Ahora quiere que el pueblo pague las consecuencias. La situación interna es dramática:
1. El cambio de la posición fiscal de déficits (RD$70 mil millones a final de 2008, alrededor de 5 por ciento del PIB) primario a superávit primario, lo que resalta el FMI en su informe reciente, tendría un alto precio para los consumidores dominicanos; porque los ajustes se centralizaran en los ingresos vía aumentos de impuestos;
2. Para que en 2009 el sector público reduzca el déficit de 5 por ciento del PIB a 2.5 por ciento del PIB, lo que requeriría el FMI bajo un acuerdo, implicaría: a) Reducir el gasto gubernamental; b) Aumentar los impuestos y/o que la administración tributaria aumente su agresividad de cobro; c) Una combinación de las anteriores;
3. Aumentar los impuestos y/o que la administración tributaria aumente la agresividad fiscal, implicaría profundizar el actual ciclo recesivo, lo que no es aconsejable de ninguna manera. La única opción válida sería que el gobierno reduzca sus gastos, lo que también sería recesivo, sin embargo, el Banco Central tendría mayor grado de libertad para su política monetaria, podría reducir el tipo de interés, mejorando el flujo de caja de las empresas privadas y evitando que sigan quebrando familias que se endeudaron con préstamos hipotecarios y de consumo una tasa en promedio igual a la mitad de la vigente actualmente;
4. El gobierno del Leonel Fernández y el PLD no bajaran sus gastos, por lo que el FMI exigiría aumentar los impuestos y ampliar la base de aplicación del ITBIS, es decir, demandaría mas ingresos tributarios, repitiéndose la experiencia de los últimos cuatro años;
5. Un análisis del comportamiento de los ingresos fiscales del gobierno central, desde septiembre de 2004 a diciembre de 2007, muestra un extraordinario aumento. El monto total fue de $737 mil millones de pesos, de los cuales $585 mil millones de pesos fueron por el cobro de impuestos; $104 mil millones por préstamos internos y externos.
6. Los $585 mil millones por el cobro de impuestos, implica que el gobierno del PLD en tres años superó en 92 por ciento lo recaudado por el gobierno del PRD en cuatro años ($278 mil 726.7 millones). Ese enorme aumento en la recaudación de impuestos fue bajo acuerdos con el FMI; Leonel Fernández y el PLD se apoyaron en el Organismo Internacional para aprobar tres reformas impositivas y aplicar muchas medidas administrativas, para aumentar las recaudaciones, sin pensar en el impacto negativo en el consumidor y en las empresas;
7. Con esa experiencia es razonable que los consumidores se opongan a un nuevo acuerdo con el FMI que implique mayores impuestos, lo mismo está sucediendo con los empresarios. Es lo que quiere Leonel Fernández y el PLD para financiar su déficit ocasionado por enormes gastos irresponsables; el P.R.D. lo rechaza porque implicara una cuarta reforma al sistema tributario, aumentando los impuestos y ampliando la base impositiva, para empeorar aun más la economía de los pobres y muy pobres;
8. Esperando que el FMI le respalde en una nueva aventura impositiva, el Presidente Leonel Fernández sigue saturando las nóminas públicas con miles de decretos, gastando a manos llenas. Mientras eso sucede, la infraestructura del país se cae en pedazos, la pobreza y el desempleo crecen desmesuradamente, el sector energético se desploma con un déficit que supera los mil millones de dólares, miles de empresas cierran o se paralizan, la agricultura se hunde y la institucionalidad colapsa. En 2008 Petrocaribe financió a Leonel Fernández US$530 millones, dinero que mal gastó principalmente en la campaña electoral; para el 2009 el financiamiento no llegara a US$130 millones, de modo que no tendrá esa fuente para seguir derrochando.
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