Raúl López
Miguel Vargas y la abrumadora mayoría peerredeísta que le apoya tendrán que enfrentar una tentativa de boicot de la convención para elegir a las autoridades. El Partido Revolucionario Dominicano no puede dar una nueva demostración de incapacidad para realizar su competencia interna. La sociedad aspira a ver un ejemplo de respeto a la democracia interna. El PRD es un instrumento al servicio del pueblo dominicano y su democracia.
La celebración escalonada o gradual de la Convención es el fruto de errores gerenciales y de zancadillas. ¿Cómo explicarle a la sociedad y la militancia que en cada Convención se arme un jaleo y no se sepa quiénes pueden o deben votar? ¿Es tan difícil, en la era tecnológica, organizar un padrón cerrado semiabierto o abierto? Por qué nunca hay dinero para celebrar la Convención? ¿Qué se hace con los recursos que entrega la Junta Central Electoral? Cómo se manejan esos fondos?
Estas carencias institucionales deben ser superadas en el PRD para los nuevos tiempos. La salida planteada por Miguel reduce el campo de acción de los kamikaze, que actúan embriagados por la envidia, el resentimiento, la ambición y el temor a la rendición de cuentas. El meollo de las convenciones consiste en que los militantes se expresen libremente y que sus decisiones no reflejen la imposición, la coerción, el fraude, la compra de conciencias o la violencia física o institucional. ‘La soberanía del partido reside en su militancia y se ejerce a través de sus organismos’.
Los organismos creados por los Estatutos ejercen pues la soberanía que le delegan sus militantes. La propuesta de Miguel constituye una salida práctica y ajustada al espíritu estatutario, para poner al PRD en la vía amplia y dura del regreso al poder en 2012. La presidencia de Miguel es de por sí gigantesca. La unidad se impone y la mayoría dispone. Se quedaran atrás los que pretendan detener el carro de la victoria cercana. ¡Qué felicidad, la convención va!
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