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NUEVA YORK (R. Dominicana).- Dirigentes de organizaciones izquierdistas, comunitarias y culturales de la diáspora dominicana participaron en un acto lírico cultural celebrado para conmemorar en esta ciudad el 50 aniversario de la gesta patriótica del 14 de Junio de 1959, que tenía como objetivo principal derrocar la tiranía que encabezó Rafael Leonidas Trujillo (1930 – 1961).
La actividad fue organizada por el Comité de Homenaje a los Héroes y Heroínas Dominicanos en Nueva York, y durante la misma se les rindió un homenaje a los dominicanos y dominicanas que murieron por enfrentar la dictadura trujillista.
Roberto Castillo, quien pronunció el discurso central del evento efectuado en el Centro Comunal Tamboril, localizado en el 2005 de la avenida Ámsterdam con esquina calle 159, en el alto Manhattan, condenó la corrupción gubernamental en la República Dominicana.
.Recordó que el capitán de la Sierra Maestra, Enrique Jiménez Moya, a través del Movimiento de Liberación Dominicana, inició en las montanas de Constanza el movimiento armado, antitrujillista y libertario.
Unos cinco días después serían las costas de Maimón y Estero Hondo las que recibirían al grueso de los expedicionarios, lo que constituyó uno de los más grandes acontecimientos de la historia dominicana, según dijo Castillo.
Dijo que los expedicionarios del 14 y el 20 de julio contaron con el apoyo incondicional de gobiernos, instituciones y personalidades internacionales para los cuales la lucha de los dominicanos era su propia lucha y su propia causa.
Recordó, además, que en aquella ocasión los expedicionarios contaron con la solidaridad de los líderes de la revolución cubana Fidel Castro y Raúl Castro, Camilo Cienfuegos y Ernesto –Che- Guevara.
En el evento, durante el cual se les rindió tributo a los dominicanos y extranjeros que murieron en dicha expedición armada, estuvieron presentes activistas comunitarios y dirigentes políticos y de organizaciones culturales de la diáspora criolla en Nueva York.
1 comentario:
Retrato de Camilo Cienfuegos
Nada más que su barba antillana,
nada más que su fusil bolivariano,
nada más que su estatura americana,
para hacer lo que Bolívar quería del cubano.
Nada más que su habano caribeño,
nada más que humo en su rostro espartano,
nada más que su cubano sueño,
para encender el corazón latinoamericano,
Nada más que un niño en su mirada,
nada más que un guajiro con sombrero,
nada más que un pueblo con Fidel a lado
para sembrar el socialismo campesino-obrero
César Cando Mendoza
Quito, tarde en el Panecillo
1997
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