Por Juan Taveras Hernández
El autor es periodista
A instancia del ex presidente Hipólito Mejía, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Dominicano aprobó unánimemente apoyar las jornadas de lucha y de protesta de las organizaciones populares que buscan la solución de sus problemas.
Se trata de una decisión política acertada, pues la situación económica de las grandes mayorías es cada vez peor. La pobreza aumenta junto al desempleo, la inseguridad, el narcotráfico, los asesinatos, el robo, los atracos y el robo del dinero del Estado por parte de los funcionarios que acumulan cada vez más fortunas.
El país no tiene un sistema de salud adecuado; la gente se muere en los hospitales por falta de atención y de medicamentos. El salario del personal médico y paramédico es de hambre; la educación va de mal en peor; las drogas se venden en las calles con la complicidad de autoridades civiles y militares. Las lacras no sólo están en las Fuerzas Armadas, sino en el Palacio Nacional, pero no son tocadas. El sistema eléctrico sigue en crisis. El país es un desastre. Dice un refrán popular que “la esperanza es lo último que se pierde”. Bueno, pues hace tiempo que el pueblo perdió la esperanza. La mató el gobierno del presidente Leonel Fernández.
Y los funcionarios, convertidos en “tutumpotes” gracias a la corrupción, quieren que la gente siga cogiendo cajeta, que no diga nada, que no salga a las calles, que no proteste, que se muera en paz, como ellos mandan.
Y quieren que el PRD se mantenga en crisis, peleando por la presidencia del partido o por otra tontería. He llegado a pensar, ante tanta insensatez, que el gobierno invierte recursos para provocar la división o el debilitamiento del PRD. (Divide y vencerás)l El gobierno compró entero al Partido Reformista. Ahora pretende dividir al PRD. Y hay dirigentes de ese partido haciéndole el juego al gobierno.
Pero también hay en el PRD fuerzas dispuestas a romper el cerco, a enfrentar al gobierno.
El secretario general del PLD, presidente del Senado, que recibe alrededor de un millón 500 mil pesos mensuales, culpa al PRD de estar detrás de los movimientos de protesta. Lo mismo hacen otros funcionarios. Los entiendo. Están “comiendo con su dama”.
Ahora bien, el que no debe dejarse amedrentar ni chantajear, es el PRD, que debe retomar su mística, volver a sus orígenes para encarnar de nuevo la esperanza nacional. Se impone una línea de masas. Al gobierno hay que decirle, en las calles, que no puede continuar matando de hambre a este pueblo.
Que el PRD está detrás de las luchas callejeras y populares. ¡Qué bueno! Ojalá sea cierto. Ojalá el PRD no sólo esté detrás de las protestas, sino al frente, dirigiendo y orientando políticamente a la población.
El PRD no puede continuar pasivo viendo cómo el país se convierte en paraíso para los narcotraficantes, ladrones, asesinos y corruptos protegidos por el poder. El PRD no puede continuar mudo frente a los atropellos, las humillaciones y los crímenes contra el pueblo. El PRD tiene que tomar las calles. Y el que tenga miedo, que se compre un perro prieto, que abandone la política o se cambie de partido, que se vaya al PLD donde ahora es fácil adquirir fama y fortuna.
Al gobierno hay que obligarlo a volver a “su propia legalidad”. Y eso sólo puede hacerse con el pueblo en las calles, lo cual no es, en modo alguno, llamado a la violencia. La violencia la ejerce el gobierno. Un salario de casi dos millones de pesos para un funcionario, no importa su jerarquía, es un acto de violencia en contra del pueblo.
Si el PRD no está dispuesto a impulsar la lucha popular, a colocarse a la vanguardia, que se destruya. Un partido de oposición que no hace oposición, no tiene sentido. El PLD en la oposición apoyó a los banqueros que casi quiebran al país; organizó y apoyó huelgas de médicos; conspiró contra el gobierno legalmente constituido, organizó y dirigió la agresión a pedradas en contra del entonces presidente Hipólito Mejía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo cuando inauguraba la biblioteca. El PLD le hizo al PRD la más despiadada y brutal oposición. ¿Por qué el PRD tiene que actuar diferente? Que me lo expliquen Hipólito Mejía, Ramón Alburquerque, Orlando Jorge Mera, Miguel Vargas, Luis Abinader, Fafa Taveras, Milagros Ortiz Bosch, Fello Subervi, Eligio Jáquez, Guido Cómez Masara, Chu Vázquez, César Sánchez, Vicente Sánchez Baret, entre otros.
Publicado el 14 de marzo
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