Julio Maríñez Rosario/Puntos de Vista, Listín Diario . Miguel Vargas Maldonado ha anunciado que promoverá la convocatoria de una Asamblea Constituyente con el fin de reformar la Constitución en aspectos medulares, siendo el principal, eliminar la reelección presidencial y fortalecer la institucionalidad democrática para que la sociedad, en su conjunto, pueda construir un futuro mejor. A lo largo de la historia nos encontramos con experiencias constituyentes que difieren en procedimientos y resultados. Colombia y Venezuela, en los últimos años del siglo pasado; Bolivia y Ecuador en pleno desarrollo, son los recientes ejemplos en la América Latina. La Asamblea Constituyente que siempre se encuentra presente en la memoria de la humanidad es la de 1789, en la Francia revolucionaria, que encargó a una comisión la redacción de los principios en los que debía basarse la Constitución. Tras arduos debates, se decide encabezar el texto con una declaración de derechos, que en la historia se conoce como “La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”. Habían escrito las bases de la filosofía democrática imperante en el mundo hasta nuestros días.
Igualmente dejaron a la posteridad la defensa de la “libertad, igualdad y fraternidad”, lo que se ha transformado en el estandarte de las agrupaciones democráticas. Aunque los socialdemócratas y los liberales- neoliberales desarrollamos las premisas básicas del pensamiento democrático con importantes diferencias, no dejan de ser la base de la ideología democrática. Así la libertad la consideran los liberales como el “dejar hacer, dejar pasar”; mientras que los socialdemócratas consideramos que el débil social debe ser ayudado para que pueda ejercer el derecho a la libertad. La igualdad la consideran relativa a las oportunidades, las cuales deben estar normadas con reglas uniformes de general aplicación; los socialdemócratas consideramos que debemos socorrer al pobre, porque es mentira que tendrá igualdad de oportunidades si asiste a la competencia con el pesado fardo de las carencias sociales.
Y la fraternidad la consideran como caridad pública; mientras los socialdemócratas la pensamos como programas de nivelación social. En otra oportunidad repasaremos la experiencia colombiana y venezolana, así como seguir de cerca la ecuatoriana y boliviana. Hoy nos toca llevar adelante el proyecto político de Miguel Vargas Maldonado, el cual se apoya en la fuerza de un pueblo que emerge con entusiasmo al escuchar con optimismo el compromiso de un candidato que hará bueno el pensamiento de José Francisco Peña Gómez: proteger al desamparado, colaborar con el emprendedor y garantizar la institucionalidad democrática al servicio de la sociedad. La Asamblea Constituyente de la República Dominicana deberá ser paradigma del ejercicio constitucional iberoamericano. Tenemos la oportunidad. Participemos todos.
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