El candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, durante la rueda de prensa ofrecida cerca de la medianoche de anoche en su comando de campaña, en la que reconoció la victoria electoral del presidente Leonel Fernández. Le acompañan sus dos hijos, Welingtón Arnaud y Carlos Gabriel García. El Nacional/Franklin Guerrero. Aunque logró imponerse en las elecciones de ayer, al parecer el presidente Leonel Fernández tendrá que seguir llevando a cuestas la cruz de la imputación de uso abusivo de los recursos del Estado para lograrlo.
Estiman observadores del acontecer político que esa “cruz” le fue impuesta al mandatario por su ex colaborador y luego contendiente licenciado Danilo Medina, quien al reconocer que había perdido la contienda interna por la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) proclamó que “me ganó el Estado”.
Anoche, al reconocer la derrota de su candidatura en representación del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el ingeniero Miguel Vargas Maldonado proclamó que aceptaba el veredicto popular expresado en las urnas “a pesar de que estos resultados reflejan de manera significativa la embestida del más descarado uso de los recursos del Estado para imponer la reelección”.
A lo largo del proceso electoral esa imputación fue rechazada tanto por el presidente Fernández como por las principales figuras de su proyecto continuista, pero no lograron sacarla del debate político.
Llamó la atención de los observadores la coincidencia de esa imputación con la del licenciado Medina, porque mientras la primera se produjo a nivel interno en el PLD, la del ingeniero Vargas Maldonado, en cambio, fue proferida desde la acera del frente.
No pasó desapercibido para los observadores que a pesar de reconocer y justificar su derrota, el candidato del PRD no felicitó al ganador aunque agradeció a la militancia perredeísta y “a los miles de votantes independientes y de otros partidos que me han dado su respaldo, sobre todo a los más pobres, a los marginados que vieron en nosotros su esperanza por un futuro mejor”.
El referente más cercano de lo ocurrido anoche había sido el reconocimiento de su derrota por parte del entonces presidente Hipólito Mejía la noche del 16 de mayo del 2004, quien extendió inmediatamente su felicitación al candidato triunfador.
En lo que atañe a la imputación al presidente Fernández de usar los recursos del Estado para beneficio de sus aspiraciones continuistas, las denuncias, provenientes principalmente del litoral perredeísta, caracterizaron la campaña electoral y llegaron a provocar incluso advertencias de que el voto sería defendido por grupos de oficiales en retiro.
A propósito de esas advertencias fue arrestado momentáneamente ayer el general retirado Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna, en una acción definida por el presidente de la Junta Central Electoral como “una invitación a conversar” con las más altas instancias militares policiales.
Sin embargo, el PRD atribuyó motivaciones políticas a la detención de su aliado, y la incluyó entre los recursos del poder que asegura utilizó el presidente Fernández para imponer su reelección.
Los observadores políticos estiman, sin embargo, que en su afán por justificar su revés en las urnas la oposición hurgará en todos los detalles del proceso electoral que condujo a las votaciones de ayer, para detectar “mañas” oficialistas inadvertidas que pudieran beneficiar las aspiraciones reeleccionistas apoyándose en recursos del Estado.
Y que por consiguiente esa acusación perseguirá al presidente Fernández a lo largo del resto de su carrera política, a pesar de su llamado anoche “a todas las fuerzas vivas de la nación” a trabajar unidas como pueblo, sin fragmentaciones, para “enfrentar los retos que tenemos por delante”.
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