Importante ponencia
Discurso pronunciado por Miguel Espaillat con motivo de su juramentación en apoyo a la candidatura del candidato presidencial Miguel Vargas Maldonado.
New York,
Sábado 3 Mayo, 2008
Por Miguel Espaillat
Ensayista del bloque Iturbides blogspot.com
Fernández, no es digno de una reelección, porque el y su grupo, han engaño a la nación, al otrora vendérsenos, como poseedores y devotos, de una pureza moral, ideológica y pragmática, de las cuales no son profesos, ni en sueños, porque en su accionar político, han olvidado, que la patria es sacrificio y desprendimiento… no botín de guerra o de oportunidades para enriquecerse.
La reelección es mala en la REPUBLICA DOMINICANA, porque dado nuestras débiles estructuras políticas, económicas y sociales, la misma no se da, limpiamente, respetando las reglas del juego democrático. Los casos más visibles de este vicio, son el uso abusivo de los recursos del estado en la campaña, y el soborno y constreñimiento, a que son sometidos humildes gentes del pueblo y los empleados públicos en general, como en los mejores tiempos de Trujillo. La prueba fehaciente de este corrupto comportamiento está develada recientemente con el descubrimiento del pago por nominilla a los activistas de base de ese partido, y con el caso de la Sund Land, y de otras tantas actividades ilícitas.
A medida que nos acercamos al 16 de mayo, día a día, se suman otros motivos de peso para repudiar con todo nuestro ser la reelección del actual presidente.
El Dr. Fernández nos ha revelado públicamente, que el es el más talentoso de todos los dominicanos de la presente generación.
El califica de estúpidos y brutos a los intelectuales y a la clase política dominicana, la cual según él, carece de conceptualización, y de capacidad de análisis.
Si para juzgar políticamente al Dr. Fernández, tomáramos como referente el decálogo político de conducta que nos legó Juan Bosch, llegaríamos a la conclusión de que él es uno de los políticos más malos que ha tenido la nación, incluso peor que sus anteriores, dado que a él no lo podemos favorecerlo con la atenuante de la ignorancia.
Acciones buenas son propias de los buenos. Acciones malas son propias de los malos. Si por sus frutos lo conoceréis, ahí están los frutos de Leonel. Un partido divido, un país arruinado en lo material y envilecido y humillado en su aspecto humano. Un país endeudado, entregado, intervenido, sumiso, transculturizado, arropado por la delincuencia y la pobreza, a tal punto que con tal de salir de ese infierno, muchos exponen sus vidas huyendo en frágiles embarcaciones desafiando la muerte que pueden encontrar en las fauces de los tiburones o en la furia del Mar Caribe y su canales. ¿Puede haber mayor muestra de extranjerización que permitir que Vin Diesel actor Norteamericano o quien sea venga al país patrocinado por los gobernantes de turno a decirnos por quien debemos de votar? ¿Hubiese incurrido Juan Bosch en tal cosa? Yo creo que quien o quienes apadrinan descaradamente el que un extranjero intervenga en nuestros asuntos internos, aparte de loco también es sinvergüenza.
¿Y que decir del transfuguismo a costa del erario público y la imposición de esta reelección, que ha arrodillado humillado y doblegado a los militantes de su partido que para sobrevivir necesitan de un empleo, el cual perderían si optasen por resistirla?
Todo esto amén de la corrupción visible en la ostentación de riquezas mal habidas de los funcionarios gubernamentales y del gasto publicitario exorbitante en esta descabellada reelección.
El pésimo político que es Leonel quedara patentizado, con su derrota electoral reeleccionista. Y aún si lograra imponerse por medio al poder del Estado, será una victoria pírrica, nunca gloriosa, la cual en poco tiempo dará frutos amargos y corrosivos.
El Dr. Leonel Fernández es un buen comunicador, eso no podemos negarlo. Pero en esa área el país esta lleno de excelentes locutores, por lo que ni en esa área tiene la corona de único soberano.
Patrocinar su edificación, y creerse intelectualmente superior a todos los dominicanos de la presente generación, es un absurdo y una aberración.
Miguel Espaillat es ingeniero agrónomo y abogado
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